Textura suave y jugosa, con una excelente infiltración de grasa entre las fibras musculares. La grasa, rica y bien distribuida, aporta una gran untuosidad que se funde en boca al degustarlo. Sabor suave pero con carácter, con un sabor equilibrado entre lo dulce y lo salado. Presenta notas a frutos secos, ligeramente herbáceas, y un toque de mantequilla que lo hace muy agradable al paladar. El cebo campeado aporta un perfil más delicado en comparación con el jamón de bellota, pero igualmente profundo y sabroso. Aroma agradable y sutil, con un toque fresco que recuerda al campo y a los pastos donde se crían los cerdos. El tiempo de curación también contribuye a desarrollar un bouquet aromático más complejo. Curado durante un mínimo de 36 meses en bodegas naturales, lo que permite que el jamón desarrolle su característico sabor suave y refinado. Fisan garantiza un proceso de curación artesanal que sigue las tradiciones centenarias de Guijuelo.